¿Quiénes somos?

Hospital Clínica Bíblica celebra 94 años con la promesa de multiplicar su huella social

 

  • Más de 178 mil personas se han visto beneficiadas a través del Programa de Acción Social en los últimos 15 años
  • Bajo su Propósito Transformador Masivo: “Salvar Vidas y Cuidar a la Humanidad”

La red de servicios del Hospital Clínica Bíblica cumple 94 años de acercar al pueblo de Costa Rica a la salud integral, con la calidad y la seguridad que le caracteriza. Esta vez lo hace con la promesa de multiplicar su huella social en un 100% durante los próximos cinco años.
Y es que, en los últimos 15 años, el Programa de Acción Social ha beneficiado a más de 178 mil personas, que viven en condición de vulnerabilidad socioeconómica.

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De esta forma, cumple con su misión social -semilla plantada por la Misión Latinoamericana cuando se asentó en nuestro país entre 1921 y 1929-: fortalecer programas de Acción Social en favor de los más necesitados.

Conoce un poco de nuestra historia

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La situación sanitaria en Costa Rica durante las primeras cuatro décadas del siglo XX era lamentable, y no fue sino hasta finales de los años cuarenta, como resultado de la reforma social que tuvo lugar entre 1940 y 1944, cuando se empezaron a observar mejoras importantes en los indicadores de salud de la población. Es también conocido que, entre los años 1900 y 1930, se realizaron esfuerzos tendientes a mejorar la atención sanitaria, dentro de los cuales la creación del Hospital Clínica Bíblica ocupa un lugar relevante, no solo por constituir un aporte de alto nivel profesional al desarrollo de la atención médica, sino también a que ofreció a la sociedad costarricense, una visión integral de la salud (atención simultánea del cuerpo, el mundo afectivo-emocional, el mundo mental y el espiritual), que en aquel tiempo no existía o se encontraba muy debilitada por la presencia de los curanderos, el énfasis unilateral en el cuido de la salud corporal y el fundamentalismo religioso.

En el año de 1921 se inicia, en Costa Rica, un proyecto de la Misión Latinoamericana, varios misioneros llegan a este país procedentes de diferentes naciones con el fin de ayudar a los más necesitados. Los esposos Enrique Strachan -de nacionalidad escocesa- y la irlandesa Susana Strachan, se unen a esta noble causa tras haber servido en Argentina durante 17 años como misioneros evangélicos.

Al llegar a Costa Rica, se ven particularmente conmovidos y muy preocupados por el estado tan deplorable del sistema de salud local. Su preocupación fundamental es la salud infantil, pues encuentran que, de cada mil niños nacidos al año, trescientos cincuenta y cinco morían, el 50 por ciento de ellos antes de cumplir los cinco años. La desnutrición y el abandono constituían los principales problemas sufridos por la infancia en ese periodo; además, el único hospital que existía y que podía atender sólo a una parte de los enfermos, era el Hospital San Juan de Dios. En cuanto a la salud en general, la expectativa de vida era de unos cuarenta años. Había enfermedades tales como la tuberculosis y el paludismo.

Ante este panorama tan desolador, los Strachan deciden llevar alivio a los más necesitados, los pobres y en especial a los niños. De esta manera, se dedican a brindar servicios médicos gratuitos a estas personas y fundan el Hospital Clínico Bíblico, nombre original con que fue fundado. Posteriormente pasa a Hospital Clínica Bíblica porque era la forma en el que la sociedad costarricense le llamaba.

Las obras debidas al trabajo tesonero y disciplinado de los Strachan son muchas y extraordinarias por los frutos que de ellas se han derivado. Inspiraron la creación de:

  • Instituto Bíblico
  • Seminario Bíblico
  • Templo Bíblico
  • Asociación Roble Alto
  • Radio Faro del Caribe
  • Hospital Clínica Bíblica y de su Escuela de Enfermería.

La obra de Enrique Strachan y Susana Beamish se ramifica en aspectos relacionados con la evangelización de la cultura, el servicio a los más pobres y el desarrollo de la medicina costarricense desde un enfoque de salud integral.

Uno de los hechos más significativos e influyentes asociados a la obra de Enrique Strachan y de Susana Beamish de Strachan en Costa Rica, fue la creación y funcionamiento de la Escuela de Enfermería vinculada al proyecto del Hospital Clínica Bíblica. Esta Escuela, tal como ocurrió con el propio Hospital y con buena parte de la acción misionera de la Misión Latinoamericana en el país, respondió a necesidades muy sentidas de la sociedad costarricense relativas a la profesionalización de la Enfermería, así como al cuido, al mismo tiempo humanista y técnico, de las personas enfermas.
La Escuela de Enfermería fundada por Enrique Strachan y su esposa Susana contaba con un recurso humano de enfermeras graduadas en Europa y los Estados Unidos, de modo que su presencia y actividades en Costa Rica reforzaron la calidad y la dignidad de esa profesión en el país.
La Escuela de Enfermería del Hospital alcanzó una excelente fama en Costa Rica y en otros países de América Latina, a lo que contribuyó la preparación técnica de sus enfermeras y la elevada calidad de la enseñanza que se impartía. La sociedad costarricense encontró, en esta Escuela del Hospital Clínica Bíblica, un espacio social para responder a sus necesidades y exigencias.

Durante cuatro décadas, el Hospital Clínica Bíblica había logrado grandes éxitos basados en la tenacidad y determinación de sus responsables, así como en la administración responsable de los escasos recursos económicos de que disponía, pero en el marco de una sociedad costarricense que se transformaba con rapidez, pasando de ser una sociedad rural a otra de predominio urbano, y donde los indicadores de salud de la población revelaban éxitos sorprendentes, se requería mayor agresividad y visión en materia de gestión de recursos económicos y planificación estratégica del crecimiento y desarrollo hospitalario como instrumentos para preservar y profundizar la identidad institucional. Este fue, precisamente, el desafío que enfrentó la Asociación de Servicios Médicos Costarricenses cuando la Misión Latinoamericana resolvió clausurar el Hospital Clínica Bíblica, decisión que a la larga condujo a que la gestión de este fuese asumida por un grupo de eminentes costarricenses.
En el año 1968, los hermanos Cabezas López y otros costarricenses dieron origen a la Asociación de Servicios Médicos Costarricense (ASEMECO) para así continuar con la obra iniciada por los fundadores, con la firme convicción de mantenerse comprometidos a nunca desvirtuar las bases de aquella misión.
En 1972 la Misión Latinoamericana decidió hacer el traspaso total del Hospital Clínica Bíblica a los costarricenses, pero formuló algunas condiciones.
Una de ellas decía que todos los miembros de la Junta Directiva, así como el director médico, servirían los cargos en forma ad honórem como lo habían venido desempeñando hasta la fecha. Otra condición apuntaba a que el Hospital conservara los servicios de Capellanía.
Por último, se debía constituir una Asociación que, como entidad propietaria del Hospital, invirtiera las reservas que este produjera en fines benéficos de ayuda a la comunidad.
Tanto los personeros de la Misión Latinoamericana como los costarricenses que se hicieron cargo del Hospital Clínica Bíblica compartían los mismos ideales, principios y valores que desde 1929 inspiraban su existencia, así que no fue difícil arribar a un acuerdo fructífero. De esta manera, el Hospital Clínica Bíblica habría de ser el instrumento generador de los recursos económicos para dar sostenibilidad a los Programas de Gestión Social; retornando parte de las utilidades año a año al “Ministerio Árbol de la Vida”, ícono institucional que representa el alcance Social del Hospital Clínica Bíblica dentro y fuera de las instalaciones, en donde todos los colaboradores están comprometidos a efectuar acciones de impacto social y fundamento bíblico que reflejan el amor al prójimo, sea de manera individual o colectiva; procurando bienestar integral (espíritu, alma y cuerpo) a favor del más necesitado.

La mística de la Clínica Bíblica

A veces se oye hablar de “La Mística de la Clínica Bíblica.” ¿Qué es lo que hace a este hospital diferente de otros? Por cierto, es más fácil hablar de ello que definirlo. Pero eso no ha impedido al Dr. Arturo Cabezas López hacer el esfuerzo por concretarla en estos términos:
“En el transcurso de sus aproximadamente 65 años, la Clínica ha luchado constante­ mente por entretejer los principios evangélicos con la excelencia profesional médica y tecnológica. Al principio de mi carrera profesional, luego como director médico, y a través de mis años de práctica dentro del Hospital, me ha tocado vivir esa tensión creativa, y he participado en el desarrollo de lo que ahora se conoce como “La Mística de la Clínica Bíblica.’”
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